Rick Warren, en su destacado libro “Una Iglesia con Propósito” escribió que Jesús tenía una forma poderosa de atraer a las personas, asegura que, si la iglesia desea realizar un ministerio parecido al del Señor Jesucristo, debe practicar tres cosas que él hizo: Amar a la gente, satisfacer sus necesidades y enseñarles de maneras prácticas e interesantes. En los siguientes meses, deseo compartir los conceptos y recomendaciones que el autor da a las iglesias para practicar esos ministerios.

 

Amar a la gente

Jesús amaba a todo tipo de gente y le encantaba estar con ellos, aun los niños querían estar con él. “Amar a los incrédulos como lo hizo Jesús, es la llave para el crecimiento de la iglesia que más se pasa por alto”, expresa el pastor Rick. No haremos ningún sacrificio por alcanzar a los que no conocen a Cristo, si no los amamos. Más de cincuenta veces encontramos en el Nuevo Testamento el mandato de amar “El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:8). Muchas iglesias piensan que son amorosas, pero se están muriendo porque su amor es solo interno y no hay lugar para las personas nuevas, es un amor cerrado.

 

Warren, recomienda que se debe crear en la iglesia una atmósfera de aceptación. Para que la iglesia crezca debe ser agradable con la gente que llega por primera vez. Este es un acto intencional. Puede ser que muchos cristianos sienten compasión por las almas, pero las visitas no lo perciben al menos que se exprese con hechos concretos. “El amor es más que un sentimiento, es un comportamiento”.

 

Por otra parte, expresa que el amor debe ser sin condición, y en seguida, señala que hay que diferenciar entre aceptación y aprobación. Somos llamados a aceptar a las personas sin que esto indique que vamos a aprobar su estilo de vida pecaminoso. Jesús hizo esto con la samaritana, con Zaqueo, con la mujer que fue encontrada en adulterio y otros más. Jesús no minimizó sus pecados, pero aceptó a las personas tal como eran. “No podemos esperar que los inconversos actúen como creyente, hasta que sean creyentes”.

 

No hay nada de que lo que Warren comparte en su libro, que no sea producto de su experiencia en su Iglesia Saddleback, en Orange, California. Una iglesia que comenzó con una familia y en quince años ya reunía a más de diez mil personas cada domingo. Cada iglesia es diferente y no todas tienen que ser como su iglesia, pero no hay duda de que un factor importante de crecimiento para cualquier iglesia es amar a la gente como Jesús los ama, y si amamos a la gente, lo menos que podemos hacer es unirnos al esfuerzo de traer UNO MAS PARA CRISTO.

 

Pastor Misael Marriaga